Por: Fernando Cruz López.

Hay preocupación en las filas del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) pues en la actualidad se encuentra en una encrucijada crucial. Los dirigentes nacionales y estatales de este instituto político saben que, para ganar mayor simpatía y seguidores, es imperativo que se reinventen y alineen sus acciones con los principios y preocupaciones ambientales que dicen defender y dejen de estar siendo aplaudidores de todas las ocurrencias presidenciales, las cuales siempre atentan contra el medio ambiente.

Los mexicanos saben que el PVEM debe fortalecer su compromiso con la protección ambiental y la sostenibilidad, pero ello implica liderar iniciativas legislativas audaces contra el cambio climático, la deforestación, y la contaminación y ser un firme defensor de las energías renovables, principios de los que se han apartado en los últimos 5 años, por haberse convertido en defensores de todo lo que propone en el congreso de la Unión la 4T.

Es por eso que la percepción pública del partido verde se ha visto afectada por controversias pasadas, relacionadas todas ellas con la corrupción y alianzas políticas cuestionables. Un enfoque renovado en la transparencia y la ética, junto con una política de tolerancia cero hacia la corrupción, es esencial para recuperar la confianza del electorado, pero eso difícilmente lo harán los dirigentes que se vendieron ante los caprichos presidenciales.

Si el partido Verde Ecologista en nuestro país estuviera defendiendo los principios que lo vieron nacer, no hubieran permitido que se devastara la selva maya, para que se construyera el famoso tren presidencial, tampoco se hubieran opuesto a las energías renovables, al contrario, desde el congreso de la unión hubieran presionado para que más empresas que quieren invertir en energías limpias llegarán a México, pero lejos de eso, votaron a favor de seguir usando petróleo y los efectos de la contaminación y del cambio climático están a la orden del día.

Para colmo de males, el mencionado partido verde ha sido cooptado en Oaxaca por el aún senador Raúl Bolaños Cacho, quien piensa reelegirse, y por el dirigente estatal, José Antonio Estefan, que no ha hecho nada a favor de Oaxaca, que llego al congreso de la unión de adorno y que también piensa que tiene los méritos suficientes para volver a reelegirse, es decir quiere ser de nuevo diputado federal para seguir cobrando sin trabajar.

En Oaxaca hay una notable inconformidad contra los dirigentes estatales del partido Verde, pues los puestos y las posiciones políticas más importantes se las reparten entre amigos y familiares y marginan a los diferentes líderes regionales y estatales que han estado años esperando que les den una oportunidad; sin embargo, siguen haciendo talacha y no les queda de otra que seguir viendo como sus líderes se dan la vida de reyes, gastándose el dinero del partido y vendiendo sus conciencias ante el mejor postor.

Ya estamos en tiempos electorales, y pasando las fiestas decembrinas veremos cómo los dirigentes del partido verde en nuestra entidad comenzaran a hacer ruido, vendiéndoles a los ciudadanos la idea de que son la mejor opción en las próximas elecciones, que ellos son los que cuidan el medio ambiente y que merecen el voto ciudadano; sin embargo, vale la pena destacar que todas las iniciativas en las que han votado a favor en el congreso de la unión, no tienen nada que ver con la defensa del medio ambiente, se han convertido en paleros de los caprichos presidenciales.

El partido Verde Ecologista de México solo sirve de comparsa, de tapadera y concretamente se ha convertido en el mandadero del partido morena en el congreso federal, por eso es urgente que los dirigentes estatales de este partido se quiten la máscara y dejen ver su verdadero rostro morenista, pues en eso se han convertido, en morenistas de hueso colorado. Sígame en X como @visionpolitica7