la mixteca debe ser el motor de su propio desarrollo
NÉSTOR YURI
JAVIER TOLEDO FLORES
La mixteca oaxaqueña es sinónimo de pobreza a pesar de tener los recursos que posee. Las imágenes de sus pobladores viviendo en condiciones extremas ha servido lo mismo para ilustrar toda clase de folletos folclóricos o propaganda política, pero también ha sido la fuerza que ha impulsado a algunos jóvenes investigadores oaxaqueños, como la Dra. Anabell Ortiz Ibarra, para luchar por revertirla.
Anabell es de Tlaxiaco, la perla de la mixteca alta. Allá cursó sus estudios básicos y aprendió a amar a su tierra, respetar la naturaleza, sus costumbres y tradiciones. En su amor por su tierra, ella actualmente trabaja con jóvenes de nivel preparatoria a los que da clases tratando siempre de darles mucha más de lo que el programa escolar refiere. El futuro de los jóvenes de la mixteca es difícil porque a la mayoría les faltan los recursos para salir a estudiar a otra ciudad fuera de Oaxaca. Por ello mismo es su empeño especial dar lo mejor de sí.
Ella vivió dentro de la tranquilidad que da el vivir en una comunidad, con unos padres comprensivos, pero estrictos, a los que sabía que no debía fallar. En sus años de prepa no había la fiebre por las redes sociales, así que prefería leer que perder las horas en el celular. No lo sabía entonces, pero su capacidad de observación y sensibilidad social le hizo aprovechar las oportunidades que se le presentaron y pudo alcanzar el grado académico más alto.
Aprovechó que su hermano mayor ya había migrado a la ciudad de Oaxaca y se unió a él para estudiar en el Instituto Tecnológico en donde concluyó sus estudios de Licenciatura en Administración. Ya desde entonces le gustaba la docencia y, por un par de años, trabajó con jóvenes del Tecnológico de Teposcolula mientras afinaba un proyecto de investigación de tipo comunitario para su Maestría dado que involucraba los aspectos productivos, sociales y económicos.
“Me sentí muy motivada por la vida de los campesinos porque, a pesar se les califica como incultos e ignorantes, poseen un gran conocimiento que les viene desde sus antepasados. Poseen conocimientos empíricos que debemos aprovechar y, muchos de ellos, siempre están dispuestos a aprender cosas para mejorar sus cultivos y a enseñarnos a nosotros lo que la vida les ha mostrado.”
Las prácticas comunitarias son conductas muy arraigadas entre los campesinos y a través de ellas construyen redes sociales que son el mayor capital social con el que cuentan. A través de estas redes manifiestan su sentido de pertenencia, les otorga cohesión social, se promueve la solidaridad y surgen nuevos liderazgos con ideas frescas.
Su trabajo “Organización y liderazgo para el desarrollo comunitario en la mixteca alta de Oaxaca” analizó la organización y liderazgo comunitario de un grupo de campesinos de Santiago Tilantongo, Nochixtlán. Estos campesinos desde hace más de 40 años se organizaron y se formaron bajo la Metodología de Campesino a Campesino (MCaC) con el fin de contribuir a la regeneración y protección del suelo. Con el pasar de los años y como resultado de su constante construcción de aprendizajes integraron prácticas de agricultura sostenible y grupos de auto ahorro a su organización campesina.
Anabell se sumó al trabajo del “Centro de Desarrollo Integral Campesino de la Mixteca, A.C.”, conocido como CIDAM, en un esfuerzo por el mejoramiento integral de las familias campesinas cuya pobreza se ha visto acentuada por el deficiente diseño de políticas públicas en cuanto al combate a la degradación ambiental. Esa región necesita proyectos efectivos de reforestación y restauración de suelos para aprovechar la organización comunitaria que ya existe a fin de modificar el paisaje y beneficiarse de los resultados como lo es al aumento de la cobertura arbórea y la producción de materia orgánica en tierras casi desérticas que, al revivir, vuelven a ser hábitat de la fauna nativa. “Después de las reforestaciones abundó el agua y se puede sembrar otras hortalizas en temporada de estiaje. El ojito de agua ha crecido, se puede tomar de esa agua, ¿cómo le explico? antes se llenaban los pocitos, los arroyitos y hasta allá. Ahorita, se llena y corre el agua en menos tiempo, antes tomaba un día en llenarse los almacenamientos y ahora se llena en medio día y sigue corriendo el agua”.
Buscó la manera de apoyar la integración de los liderazgos locales, fortalecer la noción de su territorio y organizarlos para mejorar sus condiciones de vida tratando de contener la degradación ambiental porque este es uno de sus principales problemas y, además, generador de un círculo vicioso que no les ayuda a salir de la pobreza. Transformar el paisaje de la mixteca no se limita a lo visual puesto que se convierte, una vez reforestado, en fuente de productos maderables, como el papel, la madera o el caucho, pero también los no maderables, como resinas, fibras, ceras o tierras de monte. Esto sería un beneficio concreto y directo para esas empobrecidas comunidades.
Va a pasar mucho tiempo antes de que cambie la imagen que tenemos de la mixteca como una zona de pobreza. Sin embargo, nos dice Anabell, en la mixteca se da un fenómeno comunitario que es un gran riqueza en sí misma: su organización social y la construcción de redes de relaciones que constituyen su más grande capital y que debe ser aprovechado como motor de su propio desarrollo.
La Dra. Anabell Ortiz Ibarra es egresada del Doctorado en Ciencias en Desarrollo Regional y Tecnológico.
Contacto: nestoryuri@yahoo.com