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Batman: 80 años de un superhéroe sombrío

La seducción que ‘El caballero de la noche’ ha ejercido a lo largo de ocho décadas radica en que imparte su justicia desde la delgada línea entre el bien y el mal.

La fatídica noche en que el pequeño Bruce Wayne sobrevivió al asalto en el que sus padres perdieron la vida, se desdobló en él ese oscuro ser interno que Carl Jung llamó la sombra. Una sombra con sed de venganza. Pero también de justicia. De esa dualidad surgió el superhéroe que apareció por primera vez en el número 27 de Detective Comics, el 30 de marzo de 1939. Un superhéroe que bajo el arquetipo del murciélago, que no requiere de la luz para ver el orden del mundo, puede delinquir para reestablecer ese orden.

Batman es en esencia un criminal: opera en la clandestinidad, a la sombra de las instituciones, no tiene reparo en realizar allanamientos de morada, intimidaciones o lesiones para impartir justicia”, describe el diseñador y criminólogo Roberto Coria.

La seducción que El caballero de la noche ha provocado en generaciones de fanáticos tiene que ver con que se sitúa precisamente en el borde entre el bien y el mal: su justicia no corresponde al mandato de la autoridad, de la que desconfía.

“Es un personaje que tiene muchísimas lecturas. Y todas son relevantes en una época como la que vivimos”, advierte el coordinador la celebración de los 80 años de Batman en la UNAM, que se realizará del 30 de marzo al 5 de abril en el Centro Cultural Universitario.

Alma de la depresión

Tras los dorados 20, Estados Unidos vivió un duro despertar: la Gran Depresión. Según The Economist, entre 1929 y 1933 el PIB de ese país cayó más de 25 por ciento. De acuerdo con el semanario inglés, en la década de 1930 el desempleo alcanzó también ese porcentaje. La crisis económica obligó a la sociedad estadounidense a refugiarse en su casa, por lo que las radionovelas e historietas se volvieron populares con títulos como Lone Ranger, The Ghost y Green Hornet. En ese ambiente surgió Superman, en junio de 1938. Para 1941 el protagonista era tan famoso que se publicaban tres revistas distintas.

Heredero de El Zorro, el primer justiciero enmascarado (creación del periodista y escritor estadounidense Johnston McCulley, que debutó en las revistas en 1919), Batman fue el contrapeso de Superman, y aunque también oculta su identidad, no tiene poderes sobrehumanos, sino recursos económicos. El alter ego de ese millonario marcado por el rencor es el único superhéroe enteramente humano.

En un entorno de crisis económica y desencanto, la fórmula resultó perfecta.

En las versiones cinematográficas, directores como Christopher Nolan han recuperado ese lado oscuro que de origen le otorgó en las historietas el escritor Bill Finger: un hombre atormentado cuyo actuar no distingue claramente entre bueno y malo.

“Es una metáfora del ciudadano desesperado”, dice el novelista gráfico BEF, quien participará en la celebración del 80 aniversario de Batman en la UNAM con la mesa Del Joker a Trump. Voces y crítica desde la mirada de los superhéroes.“La justicia institucional -como sucede en México- es extremadamente torpe y lenta, ineficiente y en muchos casos corrupta. El mito de Batman da cierta esperanza en que las cosas serían mejores gracias a la iniciativa de un ciudadano; es parte del encanto del personaje su capacidad de deshacer entuertos, usando las palabras del Quijote, porque hay algo al final de la oscuridad”.

El editor y poeta Víctor Manuel Mendiola considera que la identificación que el personaje despierta en los lectores se debe a su ambigüedad moral. “Para Schopenhauer somos egoístas por tratar de calmar todos nuestros deseos, lo que nos coloca por principio en un grado de maldad: todos somos malos en el sentido de que todos somos egoístas. Luego hay una maldad más profunda: la que disfruta del dolor ajeno. En Batman está explícita esa cualidad oscura del contacto con lo malo que nos atrae”, explica. “Batman toca algo que tenemos dentro”.

Si bien los métodos del Hombre-Murciélago violan leyes, éste siempre cumple con la misión de todo superhéroe: vencer a los villanos. Nunca llega a cruzar esa delgada línea hacia la perversidad, como sí sucede en la realidad con los justicieros que operan por su cuenta, advierte Mendiola. “Los grupos que reivindican el derecho a defender a los ciudadanos al margen de la ley cometen actos que no tienen que ver con la bondad sino con su egoísmo: trafican, secuestran, cobran derecho de piso. De la maldad que busca la bondad, saltan a aquella que sólo busca su beneficio”.

Batman se mantiene vivo porque se identifica con la realidad a través del tiempo; cada versión del personaje depende de la época y el clima social, coinciden Mendiola y Coria.

“En el McCartismo, en los años 50, se adaptó al modelo de la familia común: Batman padre, Robin hijo, Batichica madre; hasta tenían mascota: el Batiduende”, recuerda Coria.

En los 70 la serie llegó a la televisión. A tono con la sicodelia, aparecían en pantalla onomatopeyas escritas con la estética de los comics y música agogó. “A fines de los 80, Tim Burton recuperó la atmósfera sombría que rodeaba al personaje en su primera época, y Nolan lo trajo a esta realidad con un enfoque realista brutal”, añade el diseñador. “Batman es siempre una radiografía del momento histórico”.

Un superhéroe sombrío cobra relevancia en el contexto actual, cuando los con índices de criminalidad van al alza, observa BEF. “Desde la ficción, cumple el papel de llenarnos de esperanza en tiempos oscuros. Como decía el Doctor Fausto: ‘soy esta fuerza creada para hacer el mal y sin embargo hago el bien’. El mito de los superhéroes es poderosísimo y su punto más alto es Batman, prueba de ello es que 80 años después sigue vigente. Superman ya está de capa muy caída”.