Cuando comenzamos a envejecer, se llega a pensar en la muerte de manera prematura y muchas veces nos damos cuenta de que levantar pesas o realizar alguna tarea ya no nos es tan fácil como antes. La fuerza se reduce y es de las más notorias, ya que muchas veces, en que nos afecta más de lo que pensamos. Hay quienes por suerte, envejecen de manera lenta y se mantienen activos durante la gran mayoría de su vida. Otros, comienzan antes a mostrar señales de padecimientos como osteoartritis, problemas respiratorios o de memoria. Hacer ejercicio es siempre una excelente manera de mantenerse en forma, pero hacer pesas es quizás la mejor opción para ayudar a alargar la salud y el envejecimiento. Esto último es algo natural, y aunque por sí solo no representa un gran problema, el hecho de ir perdiendo movilidad e independencia significa que la calidad de vida ya no es la misma que antes.

Algunos de los problemas de salud normales que acompañan al envejecimiento son debilidad muscular, debilidad esquelética, menor energía, cambios en la apariencia física y disminución de la función cerebral. Es por eso que el ejercicio con pesas puede ayudar enormemente en cuanto a la flexibilidad, estabilidad y movilidad, además de mejorar el tono muscular. Muchas de las personas que van al gimnasio se saltan esta actividad, y se enfocan más en hacer cardio. Se cree que levantar pesas es solamente para hacer crecer los músculos, cuando en realidad reduce el riesgo de una muerte prematura hasta en un 46%. El Penn State College of Medicine recientemente publicó un estudio, y el resultado es suficiente para que nos den ganas de comenzar una rutina a la de ya. Para llevar a cabo la investigación, se analizaron a personas mayores de 65 durante un lapso de 15 años. Solamente el 10% de ellos decidieron participar en entrenamiento de fuerza, mostrando que con ello el 41% tenían menor riesgo de morir por una enfermedad del corazón y u 19% menos de probabilidad de fallecer por causa de cáncer.

Desde que cumplimos 30 años empezamos a perder músculo, y encima de todo si llevas un estilo de vida sedentario, puede ser una pérdida de hasta un 5% de la masa muscular total en tan solo una década. De ahí la importancia de ejercitarse, y es que con ello mejoramos la flexibilidad, movilidad, estabilidad y fuerza. Esta última es la energía física que tenemos, que nos da la capacidad de realizar diversas acciones, como levantar o mover cosas. Entre más fuertes seamos, más eficiente seremos al realizar un movimiento. Es por eso que el entrenamiento con pesas es fundamentalsegún avanza el envejecimiento. En cuanto a la flexibilidad y movilidad, son cosas distintas. La movilidad dentro de una articulación es el grado en que el área donde se unen dos huesos puede moverse antes restringida por el tejido circundante, como tendones, músculos y ligamentos. Quienes tienen buena movilidad pueden hacer esfuerzos sin mayor problema. Sin embargo, una buena flexibilidad puede nos significar que te puedas mover sin restricciones.

El ejercicio con pesas ayuda a estos dos puntos. También toca el tema de la estabilidad, la cual se define como la capacidad de mantener el control del movimiento o la posición de la articulación coordinando las acciones de los tejidos circundantes y el sistema neuromuscular. Con el paso del tiempo, vemos que es más frecuente que la gente se caiga de manera frecuente, y es porque su firmeza ya no es la misma. Levantar un peso, ya sea 5 kilos o 20, requiere de concentración, estabilidad y fuerza, y es por eso que se recomienda este ejercicio desde una edad temprana. Además, el cerebro se ve beneficiado, ayudando a la memoria y evitamos una muerte prematura.