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Visión Política

Viendo hacia el futuro

Viendo hacia el futuro

Por Fernando Cruz

 

Las recien tes palabras pronunciadas por el gobernador Salomón Jara sobre el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT) revela no solo una pieza clave del discurso federal, sino también un intento por posicionar a Oaxaca en el corazón de la nueva geopolítica comercial de América del Norte.

 

Hay que mencionar que en medio de la recomposición del comercio global —acentuada por la política arancelaria del regreso de Donald Trump—, el mandatario oaxaqueño no pierde tiempo en alinear su narrativa al Plan México Fuerte, que impulsa Claudia Sheinbaum.

 

Pero más allá de los boletines, hay varios temas que vale la pena revisar. Primero, el anuncio no es menor. El gobierno del estado está enviando una señal clara: quiere ser protagonista de esta nueva etapa económica nacional.

 

Pues la modernización del puerto de Salina Cruz, el rompeolas de 1,600 metros y los patios de almacenamiento son más que infraestructura; son símbolos del viraje logístico que México busca ante un mundo que se desacopla de viejas rutas comerciales.

 

Segundo, la insistencia en que el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec es una “puerta entre los océanos Pacífico y Atlántico” y una “solución logística de clase mundial” no puede interpretarse sin el contexto geopolítico: Estados Unidos está endureciendo su postura comercial, y México necesita rutas rápidas, eficientes y soberanas para mover mercancías, tanto hacia el norte como hacia otros mercados. El Istmo, con su ubicación estratégica, se convierte en la carta fuerte para competir con el Canal de Panamá y atraer inversiones que antes habrían ido a Asia.

 

Tercero, hay que leer entre líneas: el gobernador no solo respalda el plan de Sheinbaum, lo presenta como un compromiso político de Oaxaca con el nuevo centro del poder. En otras palabras, Jara se está colocando como un aliado confiable de la presidenta, no solo en lo político, sino en lo estratégico.

 

Sin embargo, el gran desafío está en convertir la narrativa en resultados. Los habitantes del Istmo aún esperan que los beneficios del megaproyecto se reflejen en su día a día. El riesgo es que el Corredor repita el patrón de otros grandes proyectos federales: mucha inversión en fierros y cemento, pero poco impacto en desarrollo social y bienestar comunitario…Sigame en X como @Visionpolitica7

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