Por: Fernando Cruz López.

En busca de limpiar su actuación y redefinir su identidad política, Morena avaló ayer domingo un paquete de reformas internas que, sobre el papel, buscan eliminar la viaje practica del nepotismo, la corrupción y la sumisión a poderes de facto. La iniciativa, respaldada por la presidenta Claudia Sheinbaum, fue aceptada unánimemente en la sesión del Consejo Nacional –presidida por el Gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, como portavoz– donde se detallaron los acuerdos.

La noticia llega como bomba al partido en el poder que ha enfrentado una condena universal por la manera en que ha traicionado los valores que dice poseer. Las numerosas acusaciones de nepotismo, abuso de recursos públicos, candidaturas impuestas y vínculos oscuros con grupos de poder han desacreditado efectivamente la narrativa de “austeridad republicana” y los supuestos “valores democráticos”.

La esencia de la reforma en sí es, en su mayoría, política: Sheinbaum quiere trazar una línea en la narrativa interna de Morena que separe al partido de la opacidad permitida durante la administración de Andrés Manuel López Obrador. La presidenta está tratando de señalar que su gobierno no abrirá un espacio para las viejas prácticas que algunos de sus seguidores siguen implementando mientras enarbolaban la bandera de la “Cuarta Transformación”.

En varios estados, Morena no ha sido más que un mosaico de grupos contendientes, tribus con intereses especiales, superalianzas y mentores con piel de oveja en la figura de “proyectos populares”. ¿Podrá la presidenta de Mexico desarticular redes de poder que han prosperado intercambiando favores bajo la protección del clientelismo y la lógica del pragmatismo político? ¿O será solo un expediente mas que se archivara, mientras las acciones que busca condenar continúan?

Si Morena quiere recuperar la autoridad moral, necesita aplicar las reglas con severidad, aunque tuviera que llegar a personas cercanas a la dirigencia nacional. De lo contrario, todo quedara en promesas como ya tienen acostumbrado al pueblo de Mexico.

Lo difícil no es aprobar reglas; Eso es fácil. Eso, en Morena, como en cualquier proyecto político, significa voluntad, coherencia y sacrificios genuinos. ¿Estarán los morenistas listos para eso? Sigame en X como @Visionpolitica7.