Las Plumas Del Tecolote

Noticias de Oaxaca

Gerardo Garfias

Omisión y negación

Omisión y negación

He escrito en al menos dos colaboraciones pasadas lo estratégico que es reconocer aun con las reticencias partidarias, o conceptuales que el triunfo del partido en el poder de la administración y cámaras federales, se debe al voto de la mayoría que acudió a las urnas en las pasadas elecciones dentro de las que sobresalen los de la clase media que más del 60% lo hicieron por las y los candidatos del partido mayoritario y oficial así como el 59% de los sufragios de la clase alta a desdoro de las declaraciones, protestas, mareas, análisis, organizaciones y actores políticos y sociales que por el usos de los medios de comunicación y de las redes sociales auguraban otro escenario totalmente distinto en que como último pronóstico que de no lograr obtener el triunfo para la presidencia de la república al menos lograrían obtener mayoría en las cámaras de representación popular de la Unión. En una interpretación por demás idealista tan al estilo de las corrientes de pensamiento fundamentalmente venidas y auspiciadas por los países que han dominado económica y políticamente al mundo y especialmente un enfoque estático, se sostiene que por el poder unilateral, la manipulación, el usos de los recursos públicos de toda índole, el mensaje omnipresente aunque con muchas mentiras discursivas diarias, así como la utilización del nacionalismo revolucionario renovado, lograron imponer a sus candidatas y candidatos dejando de lado o desconociendo la interpretación materialista que la historia no la hace una mujer o un hombre solos, sino es producto de la acción humana que crean las condiciones y el contexto para que actores políticos y sociales las capitalicen para donde es posible por esas mismas condiciones.

Es importante y estratégico también tener en claro que la aseveración que los triunfadores defienden y ahora mismo es uno de sus argumentos estrellas que la mayoría que los hizo ganar votó no solo por ellas y ellos sino sobre todo por las plataformas políticas, programáticas y de gobierno que enarbolaron es una falacia y que ya están operando para llevarlas a las disposiciones y normas y a la Constitución General  entre las que sobresalen y son las de mayor impugnación por el otro 48% que votó por otra opción o se abstuvo, la reforma del poder judicial federal y de las entidades federativas, la desaparición de órganos autónomos como el INAI, la COFECE, el CONEVAL entre otros para subsumirlos en el mejor de los casos en las dependencias del ejecutivo, la reforma electoral del INE y los OPLES que además contempla la desaparición de los puestos plurinominales de representación popular.

Pareciera que la polarización existente y que se ha excerbado en los últimos cinco años en México entre buenos y malos, progresistas y conservadores, equivocados y acertados, ganadores y perdedores, mayorías y minorías, ricos y pobres, estudiados y sin estudios, nos ha llevado a una suerte de negación social, grupal y de clases y hasta cierto cinismo social en tanto que en público se puede manifestar el desacuerdo y aun repudio con la administración actual y en la soledad de las urnas, votar por ellos sin los mínimos considerandos que al menos en los resultados y de acuerdo a los últimos estudios y estadísticas, a las mexicanas y a los mexicanos nos satisfacen gobiernos duros, fuertes y que poco permitan la disidencia en que la clase media y alta prefieren y deciden como dice le librito conservar los privilegios grandes o pequeños y como tan solo una muestra, baste la posición de los últimos días de la CANACO que a contrapelo del resto de los organismos empresariales se deslinda de ellos y se apega a la reforma judicial del partido gobernante. Por otra parte aunque es cuesta arriba aceptar sobre todo entre los miembros y simpatizantes del partido en el poder de la administración del bien público que es poco probable que el 54% de los beneficiarios de los programas de bienestar como el de adultos mayores hayan votado no solo por los candidatos sino por la comprensión y aceptación mínima de asuntos tan especializados y que cuando se propusieron carecían de detalles y reglamentación en esa población con un alto grado de analfabetismo al menos funcional o poco informada y si bastante convencida de los ingresos mensuales que se repartieron a millones de ellos y que de acuerdo a las investigaciones y encuestas fueron los que orientaron su voto.

Como dice el clásico “haiga sido como haiga sido” hoy tenemos formas y directrices de gobernar que si bien en un pasado practicó el otrora partido único y oficial aunque deliberadamente y de forma impuesta por sus empleados, miembros, favoritos y simpatizantes que no nos son ajenas, ahora estamos experimentado algo bastante parecido que sin embargo con las leyes existentes en vigencia y las mayorías ahora obtenidas en el congreso de la unión se hacen y se harán legales aunque no del todo legítimas.

Gerardo Garfias Ruiz                    garfiasg@hotmail.com                

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