Nunca dejará de ser romántica la idea de que todo tiempo pasado fue mejor. Pero ¿cómo pensar en pretérito en el tenis cuando se tiene hoy a Serena Williams, Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic?

Desde este viernes y hasta el domingo, Wimbledon alojará a esta camada, la mejor en la historia de este deporte.

Si se toma como criterio la mayor cantidad de títulos de Grand Slam de la era Open, en la categoría varonil los mejores tenistas de todos los tiempos son Federer (20), Nadal (18) y Djokovic (15). En la rama femenil, la monarca absoluta es Serena Williams (23), quien jugará el sábado su undécima final del torneo londinense contra Simona Halep. De resultar victoriosa, quedará un triunfo abajo del récord impuesto por Martina Navratilova, 9 veces ganadora del torneo inglés.

Federer, quien ostenta el mayor número de triunfos en este césped (8), se enfrentará esta mañana a Nadal en semifinales, y Djokovic, el número uno del mundo, hará lo propio contra Roberto Bautista.

Ya se habla de una época dorada. “La era imposible”, la bautizó The Guardian hace un par de años. Grandes leyendas como Pete Sampras, Boris Becker o John McEnroe han reconocido que esta generación será irrepetible. “Federer es un monstruo de la naturaleza que sale cada 50 años”, dijo el primero en 2017 después de ver coronarse al suizo en Wimbledon por octava ocasión.

No es casualidad que los mejores tenistas de la historia, Roger Federer y Serena Williams, destaquen también entre los mayores ganadores de títulos en el All England Club.

“Esto se debe a que Wimbledon es el torneo más completo de todos, el que más exige”, considera en entrevista el experto en infraestructura de tenis, Rolf Schlettwein, quien construyó la Rafa Nadal Academy de Cancún. “Su pasto obliga a los jugadores a ser veloces y a saber moverse por la cancha, a tener buenos saques y a contar con una técnica precisa; Wimbledon son palabras mayores”.

Las estadísticas dejan ver cuánto ha cambiado este deporte a lo largo de los años. Según datos de la ATP, en la década de 1990 sólo había un puñado de 15 jugadores con saques de más de 200 kilómetros por hora. Hoy, más de 100 lo hacen a esa velocidad.

Hace 20 años, los tenistas viajaban a las competencias con un par de personas más: entrenador y rehabilitador. Ahora lo hacen con equipos de hasta 30 personas.

“El tenis se ha hecho más físico y eso exige cuerpos más atléticos. Cada vez son más necesarios los rallys desde el fondo de la cancha, lo cual se traduce en jugadores más veloces. La biomecánica ha cambiado mucho, por eso se ha mejorado la técnica y la potencia de los saques”, explica a este diario Jorge Lozano, extenista mexicano y bicampeón de Roland Garros en dobles.

El duelo entre Federer y Nadal atrae justamente por esa combinación de factores técnicos y físicos. Según un estudio de The New York Times de 2018, el jugador más fuerte es el español, pero el más estratégico y con el mejor passing shot es el suizo.