Llueve otra vez
Para este amanuense la lluvia tiene dos recuerdos que ahora se avivan y que vienen desde la lejana infancia en que nació mi temor porque lloviera en mi añorado San Jerónimo que una buena parte de la población esperaba con ansia y que en mí era objeto perfecto para documentar mi pesimismo que fuera a mojarme de regreso de la escuela a casa por las reprimendas que mi viejo asestaba no tanto por su severidad heredada sino por el temor a que fuera a enfermar ante la medida economía familiar y sobre todo por la pérdida de un hermano mayor que a los ocho meses de edad falleció por causas de un mal respiratorio. Así también en el momento en que a muchos nos da el primer ajuste de vida, fue la bendita lluvia que en aquellas madrugadas lavaron mi cuerpo y mi alma que como dice una de las canciones que creí haber escuchado del chacal y que además de agregarle ahora alguno que otro verso me canto en tiempos como el que estamos pasando “porque la lluvia me limpia mis lágrimas, porque la lluvia me llena de felicidad”.
Ahora el temor crece ante la pasmosa actitud de los gobernantes que pareciera primero que le apostaron a que lloviera para que las más de 80 mil hectáreas consumidas por los graves incendios que se han presentado principalmente en las sierra Juárez y Sur, la Mixteca, la Cañada y el Istmo se apagaran, sin que ellos pasaran de reaccionar tardíamente o de señalar a los miembros de las comunidades que clamaron ayuda como poco comprensivos aduciendo argumentos inverosímiles como que “los incendios no se combaten con helicópteros, sino en tierra” o asignado aeronaves que al primer vuelo mostraban desperfectos que los hicieron retirarse y volver días después. Con las lluvias que no solo van pasar en poco días, se repite el modelo de responder responsabilizando a diestra y siniestra a pasados gobiernos, a autoridades locales y a quien se asome esperando que los más de 12 ciclones o huracanes anunciados que impactaran en Oaxaca sean de menores consecuencias o que hayan chivos expiatorios a modo por las consecuencias graves que por desgracia se presenten en regiones que una y otra vez padecen los temporales agudos como son la Costa y el Istmo principalmente, aunque cada vez son más frecuentes también en los Valles Centrales principalmente en agencias y colonias de la capital.
Como acostumbraba la hasta hoy la acallada institución de gobierno para los migrantes de ocuparse principalmente de anunciar muertes y ofensas de los migrantes en el vecino país del norte, el responsable(?) de protección civil anuncia en la más desparpajada declaración que solo el 37% de los municipios de la sierra Juárez y de la Cuenca cuentan con una instancia local para la protección civil pero que ya la próxima semana se ¡les tomará la protesta para que inicien sus actividades! , es decir que o ya hicieron un pacto con quien envía los tormentones para que esperan a que les tomen la propuesta o de atienen a que no sean tan graves encomendándose a alguna suerte de divinidad o sacando los detentes tan usados en estos tiempos. Solo para quienes no han radicado en Oaxaca, enterarse mínimamente de las noticias sobre los estragos de las lluvias o caminar por los pueblos y alguna que otra calle de la ciudad capital puede ser desconocido que aun sin tomar protesta a comités que sabrá quién que terminan haciendo, las repercusiones de la acumulación de basura antes de los temporales, dónde es indispensable y prioritario limpiar las alcantarillas, evitar construir o asentarse a la vera de los cauces por momentos secos de los ríos, realizar acciones de prevención y contención en pendientes, caminos, carreteras, vados, puentes y caminos vecinales entre otras cosas.
Ni qué decir que las autoridades al menos de los dos órdenes gobierno que nos competen directamente estén previendo adquirir o recopilar despensas, medicamentos, enseres y aquellas cosas indispensables que se requerirán en el muy probable caso de inundaciones y la existencia de damnificados en esta temporada o exigir que se cumpla con la responsabilidad legal que cada ayuntamiento tiene de contar con un atlas de riesgos, sancionar a quienes utilicen terrenos expuestos a inundaciones o revisar la infraestructura básica de puentes, caminos y represas que pueden ser factores de desgracias y obstáculos para el tránsito y presencia del personal necesario en el caso de inundaciones y damnificados.
Por lo que podemos ver en los medios de información actuales, el interés de las autoridades de la federación se centra en apuntalar la versión que las reformas propuestas a la Constitución por el ejecutivo son óptimas y para el bien de la República, en nuestro espacio local el concurso para imponer a la “reina Centéotl” y la parafernalia para “la máxima fiesta de los oaxaqueños” y las notas más sonadas son sobre Angela Aguilar y Nodal: ¡Hágame usted el refravón cavor!
Gerardo Garfias Ruiz garfiasg@hotmail.com