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Visión Política

La educación en jaque

La educación en jaque

 

Por Fernando Cruz López

 

Una vez más, el paro nacional convocado por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) dejará a partir de mañana, día del maestro, sin clases a millones de estudiantes, especialmente en estados como Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Michoacán y Quintana Roo. Las mismas imágenes se repetirán como un ciclo crónico: aulas cerradas, padres angustiados, estudiantes rezagados y autoridades atrapadas entre la presión sindical y el clamor ciudadano.

 

En Oaxaca, la suspensión afecta a más de un millon de alumnos, con 11,500 escuelas paralizadas. La cifra, por sí sola, es alarmante, pero el verdadero drama se esconde detrás de los números: niñas y niños que no alcanzan a comprender todo el daño educativo que sufrirán lo que dure el paro, pues sus clases no las podrán recuperar, lo que debieron haber aprendido se perderá; padres que se ven obligados a dejar a sus hijos con abuelos o vecinos para poder trabajar; jóvenes que repiten ciclos escolares no por falta de capacidad, sino por ausencia de clases.

 

El rezago educativo que se vive en Oaxaca sin duda que es una es herida muy profunda. Hay que mencionar que la pandemia del COVID-19 ya había dejado una generación golpeada académicamente. Sin embargo, lejos de avanzar en la recuperación, los paros sindicales detienen de tajo cualquier esfuerzo de nivelación. El salto entre primaria y secundaria, o de secundaria a bachillerato, se convierte en una hazaña casi imposible de superar para muchos estudiantes que carecen de los conocimientos básicos.

 

La CNTE tiene razones válidas, pero ha perdido el sentido de responsabilidad. ¿Cuánto daño más puede permitirse a la niñez mexicana en nombre de una lucha que, si bien es legítima, parece haber olvidado el principio básico del servicio público: el bienestar de la ciudadanía?

 

Es hora de que el magisterio y los gobiernos, tanto federal como estatales, se sienten con verdadera voluntad política. Que se reconozca que el derecho a la protesta no puede estar por encima del derecho a la educación. Que los paros indefinidos no son herramientas pedagógicas ni palancas de transformación social, sino bombas de tiempo que comprometen el futuro de millones de niñas, niños y adolescentes.

 

La CNTE debe reencontrarse con su vocación pedagógica. Y los gobiernos deben dejar de administrar la crisis educativa con paliativos. De seguir así, el verdadero paro será el del desarrollo de México…Sígame en X como @visionpolitica7