La acidificación del océano en costas oaxaqueñas
NÉSTOR YURI
- JAVIER TOLEDO FLORES
El CO2 es un gas que se produce de manera natural cuando respiramos. Sin embargo, su incremento en la atmósfera derivado de las actividades humanas como es la quema de combustibles fósiles, leña o madera, entre otros, ha generado concentraciones en la atmosfera que no se veían desde hace dos millones de años. Al reaccionar con el agua de mar el CO2 lo acidifica y también disminuye la cantidad de carbonato disponible para los seres que poseen estructuras calcáreas como corales, almejas, ostiones, entre muchos otros. Esto afecta una gran cantidad de especies marinas y en muchas pone en riesgo su supervivencia, mientras que otras se ven beneficiadas. Esto creará a largo plazo un cambio en la estructura de los ecosistemas marinos y en los recursos marinos de los que dependemos.
En palabras muy sencillas, la acidificación del océano es un proceso por el cual el agua del mar se vuelve más ácida debido al exceso de dióxido de carbono, CO2, que absorbe de la atmósfera. Se calcula que una cuarta parte del CO2 mundial es absorbida por los océanos.
La Doctora Cecilia Chapa Balcorta nació en ciudad Cuauhtémoc, Chihuahua y, a pesar de la distancia que la separaba del mar sabía que iba a ser su amor y pasión profesional. Actualmente, la Dra. Cecilia Chapa es Profesora-Investigadora de la carrera de Oceanología en el campus Puerto Ángel de la Universidad del Mar, UMAR, en Oaxaca.
Después de cursar sus primeros estudios en su ciudad natal, la Dra. Chapa viajó a Ensenada para estudiar Oceanología en la Universidad Autónoma de Baja California, UABC. Al concluir, gracias a una beca del CONACYT, realizó una Maestría en Ciencias Marinas y Ambientales en la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda. Posteriormente realizó estudios de doctorado en Oceanografía Costera en la UABC y es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel 1.
La Dra. Chapa desarrolló los primeros estudios sobre el sistema de carbonatos en el Golfo de Tehuantepec y sigue trabajando sobre esa línea de investigación. Sus temas de investigación son el sistema marino del dióxido de carbono (CO2), el papel del océano en el ciclo del carbono, la acidificación del océano y otros cambios en la química marina asociados al cambio climático como lo es la pérdida de oxígeno de los mares.
El grado de acidez o alcalinidad de una sustancia se mide a través de su potencial hidrógeno, pH. Para entender como varía el pH entre el intercambio océano-atmosfera de CO2 y variables asociadas, que en conjunto se le llama sistema de carbonatos, la Dra. Chapa y otros colegas investigan como son afectadas por procesos físicos como vientos, corrientes, remolinos, variaciones estacionales y corrientes marinas como el Niño o la Niña. Para entender el contexto en general, combinan mediciones hechas desde barcos, lanchas, colecta y análisis de muestras de agua y análisis de datos de imágenes satelitales para evaluar como los procesos regionales afectan a los locales. Estos estudios son financiados por organismos nacionales e internacionales.
Algunos de los descubrimientos que este equipo ha hecho es que los vientos “tehuanos” que soplan en el Istmo de Tehuantepec influyen grandemente en el sistema de los carbonatos y las variaciones de pH pero que no son los únicos; los vientos del oeste producen el mismo efecto, aunque en menor escala en la costa occidental de Oaxaca.
Sus trabajos han hecho descubrimientos muy importantes y nos explica que “encontramos que el Golfo de Tehuantepec es una fuente importante de CO2 hacia la atmósfera, hemos registrado los mayores flujos en los mares mexicanos y un poco menores de todo el Pacifico oriental, solo después de la zona de afloramientos de Perú. También, esta región es altamente vulnerable a la acidificación porque ya de manera natural presenta altas concentraciones de carbono y bajo pH en comparación con otras partes del mundo y, a esta variación natural, se le suma la acidificación derivada de actividades humanas. También descubrimos que las regiones coralinas de Huatulco están sometidas a pulsos de agua con bajo pH pero el impacto de la acidificación es amortiguado por los carbonatos que el Río Copalita deposita en la zona costera. Esta región, la más acidificada del Pacífico mexicano, coincide con la zona del mínimo de oxígeno más grande e intensa del mundo, por lo que actualmente estamos investigando esta relación”.
La Dra. Chapa realiza colaboraciones con otros colegas dentro la UMAR, de otras instituciones y redes de investigación para poder realizar estudios multidisciplinarios que le permitan explorar los impactos de los cambios de pH en especies marinas. Dentro de la institución es líder del cuerpo académico “Dinámica de los ecosistemas marinos e interacciones continente-océano”. A nivel nacional participa como enlace de la UMAR en el Programa Especial de Cambio Climático de la SEP y con el Programa Mexicano del Carbono, del cual la UMAR será sede virtual del XV Simposio Internacional del Carbono en México. Es parte de la Red Global de observación de la acidificación del océano y es codirectora de la Red Latinoamericana de Acidificación del Océano, con el objetivo de incrementar la colaboración, y promover incremento de capacidades y recursos humanos para el estudio de la acidificación del océano.
Para finaliza, la Dra. Cecilia nos deja un mensaje: “La acidificación del océano es una amenaza seria para los ecosistemas marinos y el planeta en general. Tomar medidas para reducir las emisiones de CO2 y proteger los océanos es esencial para garantizar un futuro saludable para nuestro medio. Todos podemos ayudar para detener el daño a nuestro planeta, como lo es reducir nuestras emisiones de CO2, proteger los ecosistemas marinos y aumentar la conciencia pública informando y educando a la sociedad”.
Contacto nestoryuri@yahoo.com