NÉSTOR YURI
JAVIER TOLEDO FLORES
Su cosmovisión es muy diferente a la de nosotros, los citadinos occidentalizados. Es una joven investigadora muy segura de sus creencias, sus valores y de la riqueza que poseen en su comunidad que los hace sentirse inmensamente ricos con lo que la naturaleza les proporciona, aunque no pudieran tener dinero en sus bolsillo. “En el campo podemos sembrar maíz y frijol, nos tenemos a nosotros y por ello podemos tener los elementos básicos y sociales para una vida digna. En la ciudad, si no tienes un peso en la bolsa, no tienes nada”.
Martha Roxana López Pérez es una joven Maestrante del IPN-CIIDIR en la Gestión de Proyectos para el Desarrollo Solidario. Su comunidad es tan pequeña que ni en los mapas aparece. Se llama Zaragoza Siniyuvi y es una agencia municipal de San Pedro Siniyuvi, Putla, que está a una distancia de siete horas desde la capital oaxaqueña. Tan largo es el trayecto como si viajáramos a la ciudad de Querétaro desde aquí.
Ella es Ingeniera en Desarrollo Comunitario por el Tecnológico de Teposcolula y, por supuesto, su lengua madre es el mixteco de la Sierra Sur, lo que no fue obstáculo para poder estudiar y salir adelante a pesar de la carencia de recursos.
Para estudiar una Maestría en cualquier institución es indispensable acreditar una segunda lengua extranjera. Ella no habla inglés, solo el mixteco y el español, pero no se acomplejó por ello y logró que su institución le acreditara el mixteco como segunda lengua. Se pregunta: “No sé cuantas maestrías se estudien en México, ni tampoco sé si en alguna escuela acepten una lengua originaria como segunda lengua, pero aquí en Oaxaca fui bien recibida por mi institución”.
Los quelites son un grupo de plantas comestibles que se han consumido en las comunidades indígenas desde antes de los españoles, pero cuyo consumo está en declive y tampoco existen estudios que nos digan cuáles son sus aportes nutrimentales. Lo consumen más por cultura heredada que por sus cualidades nutritivas. Los jóvenes ya no lo consumen, solo los adultos, sin ver el papel que los quelites jugaron en la soberanía alimentaria.
Martha nos describe su investigación: “La historia de los quelites en la alimentación se remonta a la época prehispánica, los pueblos indígenas los incorporaban a la dieta comunitaria como una fuente vital de nutrientes. Representan una parte de la identidad cultural, como un símbolo de la sabiduría ancestral, particularmente de las mujeres quienes han sido las guardianas de este conocimiento, encargadas de transmitirlo de generación en generación mediante las prácticas relacionadas de la recolección, preparación y consumo de los quelites.”
“En el Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional, Unidad Oaxaca, IPN-CIIDIR, surgió la iniciativa de estudiar los quelites en la comunidad de Zaragoza Siniyuvi, Putla, Oaxaca, para salvaguardar el conocimiento ancestral de este legado a través de la memoria colectiva con el objetivo de resaltar el valor social, cultural y nutricional de estas plantas comestibles, con el propósito de sentar las bases para la promoción del consumo de los quelites”.
“El trabajo lo realicé bajo una metodología de Investigación-Acción- Participativa, una herramienta poderosa para la transformación social que permite a las investigadoras y a la comunidad trabajar juntos para generar cambios positivos. La comunidad toma un rol activo en la investigación, fortaleciendo su capacidad de autogestión y transformación social. Para ello integré un grupo de mujeres interesadas para desarrollar las actividades bajo una secuencia de tres fases: 1) Diagnóstico de la situación actual en torno al consumo y saberes de los quelites, en donde se obtuvo información sobre los usos y consumo, medicinales y comestibles de las especies en la comunidad. 2) Ejecución de acciones para la promoción del consumo de los quelites; se realizaron actividades tales como la “Feria de los quelites”, el compendio de un recetario local y la construcción de la memoria colectiva. 3) Evaluación de las acciones ejecutadas”.
“La promoción del consumo de los quelites permitió que las participantes hicieran un análisis profundo sobre la importancia de este grupo de alimentos con la historia de la comunidad, además de visibilizar el trabajo protagónico de las mujeres en la soberanía alimentaria. De los resultados de las distintas dinámicas se obtuvo la Memoria Colectiva, en donde se plasman los saberes, las memorias, los recuerdos, recetarios e historias de vida de la mujer indígena con relación a los quelites de la comunidad, lo que permitió revalorar el conocimiento ancestral. Es importante establecer líneas estratégicas de acción para consumir, conservar y revalorizar los conocimientos de las mujeres sobre este grupo de plantas comestibles”.
Martha nos hace ver que la parcelización de las tierras de los años 80 del siglo pasado provocó que los campesinos empezaran a introducir la agricultura “moderna”. Encontró que alrededor de 25 especies de quelites se siguen consumiendo, pero otras 15 se han dejado perder y, por lo menos, 5 especies ya están extintas y ni siquiera se preservaron sus semillas. La agricultura moderna daño irremediablemente cultivos de plantas originarias.
Desea volver a su comunidad y ser factor de cambio y transformación con los conocimientos adquiridos. Quiere capacitar a sus paisanos para modernizarse, pero todo con respeto a su vida comunitaria y organización social y, sobre todo, cuidando y respetando a la naturaleza porque, además, es parte de su cosmovisión.
Un detalle muy importante es que toda su investigación la realizó en lengua mixteca debido a que las mujeres mayores es la única lengua que hablan. Su mayor deseo ahora es que alguien patrocine la publicación de la Memoria Colectiva y los apoyen con su difusión.
Contacto: nestoryuri@yahoo.com